miércoles, 9 de mayo de 2012

De los ERES y la nueva legislación laboral: La paradójica situación de Merck España Carta abierta de sus trabajadores

Merck es el laboratorio farmacéutico más antiguo del mundo, creado en Alemania en 1668. Actualmente, y debido a la convulsa situación a nivel mundial y a una inadecuada gestión, nos encontramos inmersos en un proceso de reestructuración a nivel mundial que nos afectará, de alguna manera, a los 30.000 empleados de la compañía.

En España somos cerca de 900 personas las que, durante años, luchamos en nuestro día a día por sacar nuestro trabajo adelante de la mejor manera posible. Contamos con una serie de valores que rigen nuestro trabajo, y que la cúpula de dirección propugna a bombo y platillo:

  • Valentía,
  • Responsabilidad,
  • Respeto,
  • Integridad y
  • Transparencia,

y todos y cada uno de nosotros los aplicamos diariamente intentando optimizar la totalidad de nuestras acciones en aras del beneficio general. La propia Merck, en su manual de acogida a nuevos empleados, escribe: "En Merck estamos convencidos de que nuestro éxito empresarial es el resultado del compromiso y el trabajo de todos los profesionales que formamos la compañía. Por eso, en Merck, apostamos por las personas".


En el año 2011, el grupo Merck ingresó la friolera de 10.726 millones de euros, con un resultado operativo en la división farmacéutica de 304 millones de euros, lo que les llevó a repartir un dividendo con los accionistas un 20% superior al anterior. En el caso de Merck España, en el mismo período 2011 presentó 30 millones de euros de beneficio de explotación.

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Sin embargo, al amparo de la nueva legislación laboral, el pasado 25 de abril se abrió un ERE que afectará a 230 personas en España. Constituida la mesa de negociación, la actitud de la empresa está siendo cualquier cosa excepto valiente, responsable, respetuosa, íntegra o transparente. Qué decir de su compromiso con las personas... Los representantes de los trabajadores están intentando llegar a una solución lo menos dolorosa posible para aquéllos que se queden sin empleo, buscando en primer lugar prejubilaciones, bajas incentivadas, e incluso proponiendo ideas novedosas para evitar que el impacto del expediente sea tan grande. Pero la empresa no atiende a ninguna sugerencia y demuestra que esos valores que tanto predica los aplicamos unos más que los otros. Es, cuando menos, moralmente cuestionable esta actitud en una empresa que hace gala de la importancia de los trabajadores y que además tiene un firme compromiso con la responsabilidad social corporativa, que se muestra, por ejemplo, en la inversión anual que hacen en la Fundación Salud 2000, que asciende 1,5 millones de euros.

El problema surge cuando la legislación actual marca un mes como plazo máximo para la negociación, y transcurrido dicho plazo sin llegar a un acuerdo, el ERE se ejecuta igualmente, corriendo a cargo de la parte social su impugnación en vía judicial.

¿¿Para qué molestarse en negociar, entonces?? ¿¿Es ética esta actitud viendo las cuentas de Merck y su denostado compromiso con la sociedad y sus trabajadores??

Creemos que no, pero la única manera que tenemos de denunciarlo es apelar a la opinión pública.

Grupo de trabajadores afectados por el ERE
(Ver / adaptado)

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